
¡Hola, patinetero! ¿Conocías que los frenos constituyen el núcleo de tu bicicleta eléctrica? Sí, así como lo lees. Son los guardianes de tu seguridad, los que te permiten disfrutar de cada trayecto con la tranquilidad de saber que puedes detenerte cuando lo necesites. Pero, ¿qué pasa cuando empiezan a fallar? ¿O cuando sientes que no responden como antes? No te preocupes, estás en el lugar correcto. En este artículo, exploraremos el intrigante universo de los frenos de patinete eléctrico, aprenderemos a montarlos como un experto y a arreglar errores habituales para asegurar que tu patinete siempre esté en perfectas condiciones y tu seguridad asegurada.
¿Por qué son tan importantes los frenos de tu patinete?
Imagina esto: vas por la ciudad, disfrutando del viento en tu cara, y de repente, un obstáculo inesperado aparece en tu camino. En ese instante, lo único que te diferencia de un susto (o incluso algo más grave) son tus frenos. Un sistema de frenado eficaz no solo te resguarda a ti, sino también a otros usuarios del camino. Es por eso que entender cómo funcionan y cómo mantenerlos en perfecto estado es crucial para cualquier dueño de patinete eléctrico.
Conoce los tipos de frenos de patinete eléctrico

Antes de meternos de lleno en el ajuste y la reparación, es fundamental que conozcas los diferentes tipos de frenos de patinete que existen. Cada uno tiene sus particularidades, ventajas y desventajas. ¡Vamos a verlos!
1. Frenos de disco
Los frenos de disco patinete son, sin duda, los más comunes y efectivos en la mayoría de los patinetes eléctricos de gama media y alta. Funcionan de manera similar a los de una bicicleta o una motocicleta: una pinza presiona unas pastillas de freno patinete contra un disco metálico que gira con la rueda, generando la fricción necesaria para detener el patinete. Los hay mecánicos (activados por cable) e hidráulicos (activados por líquido), siendo estos últimos los más potentes y con mejor tacto.
2. Frenos de tambor
Menos comunes en patinetes de alta gama, los frenos de tambor patinete son sistemas cerrados que protegen los componentes internos de la suciedad y el agua, lo que los hace ideales para climas húmedos o para aquellos que buscan un mantenimiento mínimo. Funcionan mediante zapatas que se expanden dentro de un tambor, presionando contra sus paredes internas para frenar la rueda. Suelen ser menos potentes que los de disco, pero muy duraderos.
3. Frenos regenerativos (o eléctricos)
Estos frenos son una maravilla tecnológica. El freno de bicicleta regenerativo emplea el motor del patinete para producir resistencia y, simultáneamente, recargar la batería. ¡Sí, has leído bien! Frenas y cargas la batería. Son suaves, eficientes y potencian la autonomía de tu patinete.
Sin embargo, no suelen ser suficientes por sí solos para una frenada de emergencia, por lo que siempre se combinan con frenos mecánicos (de disco o tambor) para garantizar la seguridad del patinete eléctrico.
4. Frenos de pie
A pesar de que cada vez son menos comunes en los patinetes eléctricos actuales, algunos modelos más elementales todavía incluyen un sistema de frenado de pie, que implica accionar el guardabarros trasero contra la rueda para detenerse. Son sencillos, pero su eficacia es limitada y no se recomiendan como sistema de frenado principal.
Ajuste de frenos de patinete: ¡Pon a punto tu máquina!
Cuando ya conoces los diferentes tipos de frenos, es momento de aprender a modificar los frenos de bicicleta para que operen de manera óptima. Un buen ajuste es clave para una frenada segura y eficiente.
Aquí te detallamos la manera de hacerlo, en función del tipo de freno que posea tu bicicleta.
Ajuste de frenos de disco mecánicos
Los frenos mecánicos de disco son los más habituales y, por fortuna, los más fáciles de ajustar. Si sientes que tu maneta de freno está muy blanda o que el patinete tarda en detenerse, es probable que necesites un ajuste.
1. Prepara tus herramientas: Necesitarás una llave Allen (generalmente de 4 o 5 mm) y, en algunos casos, una llave fija.
2. Identifica el cable de freno: El cable se extiende desde la maneta de freno hasta la pinza de freno, próxima a la rueda.
3. Ajusta la tensión del cable: En la pinza del freno, encontrarás un torbellino que asegura el cable. Afloja ligeramente este tornillo. Luego, tira del cable con suavidad para tensarlo. A medida que lo haces, nota cómo las pastillas de freno se aproximan al disco. La meta es que las pastillas se encuentren tan cerca como sea posible del disco, evitando que lo rocen mientras la maneta no está en funcionamiento. Una vez que encuentres el punto óptimo, aprieta firmemente el tornillo para asegurar el cable.
4. Ajusta el tornillo de ajuste fino (si lo tiene): Algunas manetas de freno tienen un pequeño tornillo de ajuste cerca de donde el cable entra en la maneta. Gíralo en sentido horario para tensar el cable y en sentido antihorario para aflojarlo. Este ajuste es ideal para pequeños retoques.
5. Prueba la frenada: Una vez ajustado, acciona la maneta de freno varias veces para asegurarte de que las pastillas muerden el disco de manera uniforme y que la frenada es firme y progresiva. Garantiza que la rueda se mueva de manera libre cuando no estás frenando.
Ajuste de frenos de tambor
Los frenos de tambor resultan más fáciles de ajustar que los de disco, dado que no poseen pastillas en movimiento. Usualmente, se efectúa el ajuste en el cable del freno.
1. Localiza el tornillo de ajuste: En la sección donde el cable del freno se conecta al tambor (usualmente en la rueda delantera), hallará un tornillo o tuerca de sujeción.
2.Tensa el cable: Gira el tornillo o tuerca en sentido horario para tensar el cable. Serás testigo de cómo la maneta de freno se torna más resistente. Al igual que con los frenos de disco, busca un punto donde la frenada sea efectiva sin que la rueda se bloquee o se frene sola.
3. Prueba la frenada: Verifique que la frenada es correcta y que la rueda rota de manera autónoma cuando el freno no se activa.
Ajuste de frenos hidráulicos
Los frenos hidráulicos no suelen requerir ajustes de tensión de cable, ya que funcionan con líquido. Si sientes que la maneta está esponjosa o que la frenada es débil, lo más probable es que necesites purgar el sistema para eliminar burbujas de aire. Este es un proceso más complejo que, si no tienes experiencia, es mejor dejar en manos de un profesional. Sin embargo, puedes revisar el nivel de líquido de frenos y rellenarlo si es necesario, siguiendo las instrucciones del fabricante.

Fallos comunes en los frenos de patinete y cómo solucionarlos
Incluso con un buen mantenimiento, los frenos pueden presentar problemas. Aquí te mostramos los problemas frenos patinete más comunes y cómo solucionarlos.
1. Pastillas de freno desgastadas
Síntoma: La frenada es débil, escuchas un chirrido metálico al frenar o la maneta de freno tiene mucho recorrido.
Solución: Es hora de cambiar pastillas freno patinete. Este es un proceso relativamente sencillo:
1. Compra las pastillas adecuadas: Asegúrate de comprar las pastillas de freno compatibles con tu modelo de patinete.
2. Retira la rueda: En la mayoría de los casos, necesitarás quitar la rueda para acceder a la pinza de freno.
3. Saca las pastillas viejas: Retira el pasador o tornillo que sujeta las pastillas de freno y extráelas. Fíjate bien en cómo están colocadas para poner las nuevas de la misma manera.
4. Coloca las pastillas nuevas: Inserta las nuevas pastillas de freno y vuelve a colocar el pasador o tornillo.
5. Vuelve a montar la rueda: Monta la rueda de nuevo y ajusta el freno como te hemos explicado anteriormente.
2. Frenos ruidosos
Síntoma: Escuchas un chirrido o un roce constante al frenar.
Solución: Las causas pueden ser varias:
• Pastillas cristalizadas o sucias: Las pastillas se desmontan y se limpian con un paño y alcohol isopropílico. Si están muy brillantes (cristalizadas), puedes lijarlas suavemente con una lija fina.
• Disco de freno sucio o alabeado: Utiliza alcohol isopropílico para limpiar el disco. Si el ruido persiste, podría ser que el disco se encuentre alabeado (doblado). En este escenario, tendrás que enderezarlo con una herramienta particular o sustituirlo.
• Pinza de freno mal alineada: Asegúrate de que la pinza de freno esté perfectamente alineada con el disco. Fija los tornillos que la sujetan, pulsa la maneta de freno para que la pinza se centre y, sin dejar de mover la maneta, vuelve a aforzarlos.
3. Maneta de freno demasiado dura o blanda
Síntoma: La maneta del freno del patinete está muy resistente y resulta complicada de accionar, o está muy suave y tiene un largo recorrido.
Solución:
• Maneta dura: Puede deberse a un cable de freno oxidado o sucio. Lubrica el cable con un aceite particular o sustituyéndolo si se encuentra deteriorado. También puede ser un problema en la pinza de freno, que puede estar agarrotada. Desmóntala, límpiala y lubrica los pistones.
• Maneta blanda: Generalmente, se debe a un cable de freno destensado (en frenos mecánicos) o a la presencia de aire en el circuito (en frenos hidráulicos).
Resguarda el cable tal como te hemos detallado previamente o purga los frenos si son hidráulicos.
Mantenimiento y Prevención: ¡Cuida tus frenos!
La mejor manera de evitar problemas con los frenos es un buen mantenimiento preventivo. Aquí tienes algunos consejos:
• Revisa tus frenos regularmente: Antes de cada salida, comprueba que los frenos funcionan correctamente.
• Limpia tus frenos: Mantén limpios los discos, las pastillas y las pinzas de freno. La suciedad y el polvo pueden afectar a su rendimiento.
• Ajusta los frenos periódicamente: No esperes a que fallen. Ajusta los frenos cada cierto tiempo para asegurarte de que siempre están en su punto óptimo.
• No apures las pastillas de freno: Las pastillas de freno deben ser reemplazadas antes de que se deterioren totalmente. Esto evitará dañar el disco de freno.
• Acude a un profesional: Si no te sientes seguro realizando alguna de estas operaciones, no dudes en llevar tu patinete a un taller especializado. Tu seguridad es lo primero.
¡Y eso es todo! Ahora tienes todos los conocimientos necesarios para mantener los frenos de tu patinete eléctrico en perfecto estado. Recuerda que unos frenos bien cuidados son sinónimo de seguridad y tranquilidad en tus desplazamientos. ¡A rodar con seguridad!